ALCOHOL

En la actualidad el consumo de alcohol sigue en aumento sobre todo entre los jóvenes. El alcohol supone un riesgo para la salud por sus diversos efectos nocivos. Entre los cambios fisiológicos que provoca encontramos:

  • Es un depresor del sistema nervioso
  • Inhibe la vasopresina, hormona encargada de equilibrar el balance hídrico, por lo que puede provocar cierto grado de deshidratación
  • Reduce las vitaminas del grupo B
  • Reduce la recuperación tras ejercicio físico y aumenta el catabolismo muscular o degradación de proteínas
  • Si el consumo es crónico o abusivo afecta a las funciones cerebrales, a la memoria, al equilibrio
  • Puede provocar complicaciones cardiovasculares, aumenta la tensión, puede provocar daños en el músculo cardíaco, arritmias, aumenta el riesgo de ictus y hemorragias
  • Afecta al sistema digestivo aumentando el riesgo de úlceras, algunos tipos de cáncer, pancreatitis
  • Reduce la testosterona

Además el alcohol aporta 17 kcl/g, con el inconveniente de que no contiene ningún nutriente y disminuye la lipólisis, es decir, la velocidad del cuerpo para quemar grasas.

Por todo esto no es lógico que aparezca en la cúspide, de la obsoleta, pirámide española de la alimentación y que se aconseje su consumo esporádico. Los dietistas-nutricionistas no aconsejamos su consumo.